Como cuesta hacer las paces...
Hoy, al llamado de un amigo; el Chino...Me entregué a la sonrisa y al abrazo de quien no mide darlo y es el ser, único, que brinda lo que su corazón siente sin pedir nada a cambio.
Hoy, si bien toy peleado con las instituciones, los hombres y mujeres que las dirigen y sus sistemas, me revolqué de placer en ese mar de manos y sonrisas que lo único que esperan de uno es sólo la presencia. Estar. Ser en ese momento. Nada más.
Hoy, me reconcilié con el sol; que tímido en una mañana fresca y gris como último aullido del invierno recorrió de punta a punta mi lamentable lado perezoso de querer abandonarlo todo; y lo miré y le conté que estaba bien por estar ahí no habiéndole prestado mi derecha al desgano y la nada...
Hoy, no me preocupé más de lo que me tenía que preocupar. A veces las personas tienen otras ocupaciones; otros inconvenientes y si bien habíamos quedado, acordado juntarnos. Al no estar, no refunfuñé, no me preocupé y empecé a sentir que por ahí la pereza les había ganado a otros o que tenían motivos para no ser de la partida...Y no me enojé. Ni con ellos; ni conmigo.
Hoy, me sentí bien. Para mí es mucho.
Para mí sentir; ya está bien!
Al menos ese momento...
doblecaritaruborizada
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